(…)La igualdad entre los integrantes de varias especies de la naturaleza prácticamente no existe. Prima en la mayoría de los casos, entre algunos grupos de animales, una imposición del más fuerte, el más ágil, el más astuto.
(…)No puedo hablar de ninguna religión desde el punto de vista de un devoto o experto, a pesar de saber como funcionan muchas, porque no las practico, no las comparto y por obvias razones, no las aplico a mi vida.
(…)El cuerpo humano es, sin lugar a dudas, un organismo imperfecto. Muy a diferencia de las disparatadas teorías creacionistas, el hombre está en un proceso constante de evolución y su camino de desarrollo todavía no está completo. Tal vez nunca lo esté.
(…)¿Quién puede decirnos que el hombre es el ser más feliz y completo del mundo? Tomando en cuenta la conquista de las necesidades podríamos asumir que seres tan menospreciados como el delfín o el pulpo podrían ser aún más felices que nosotros.